miércoles, 27 de julio de 2011

VIRTUAL+VISUAL

Corría 2010, dos fotógrafos inician una correspondencia vía correo electrónico, virtual... y visual.
Un ir y venir de imagenes que fué definiéndose como correspondencia "epistográfica".
Treinta y seis fotografías componen este intercambio que adquiere sentido de unidad en la
correlación temporal y conceptual entre las piezas que la integran.

Tal el texto que acompaña la gacetilla-invitación que gentilmente nos imprimió la Universidad de Palermo para difundir la muestra, el mismo texto del panel que inicia el recorrido de la muestra fotográfica, una linea recta de 36 imágenes, acompañadas por breves textos que integraron los mensajes de correo electrónico donde esas fotos fueron el centro de la comunicación "epistográfica", neologismo por epistolar-fotogáfica.
Todo empieza con la foto de mi tarjeta de salutación a amigos, clientes y conocidos que mando a fines de 2009, con mis deseos de un buen año 2010. A esto responde Sebastián con otra foto y surge la idea de continuar con este intercambio ininterrumpidemente durante todo 2010. Así fué.
Después surgió la idea de darle formato de muestra ya que consideramos que terminó conformando un cuerpo de obra con identidad propia. Una muestra conjunta entre dos colegas fotógrafos, amigos, que revela un diálogo imaginario, fundado en nuestro gusto por la fotografía, y mutua la admiración como fotógrafos.
A continuación pueden verse cuatro de las imágenes que se exibirán en la fotogalería de la UP DyC en la sede de Jean Jaures 932, desde el miércoles 3 de agosto hasta el viernes 12.
Son los dos primeros envíos y los dos últimos, que concluyen la serie.
En el medio puro eclecticismo. Son solo fotos. Pero nos gusta...




viernes, 6 de mayo de 2011

FEMENINO

" En la forma-arte del desnudo europeo, los pintores y los espectadores-propietarios eran usualmente hombres, y las personas tratadas como objetos, usualmente mujeres. 
Esta relación desigual está tan profundamente arraigada en nuestra cultura que estructura todavía la conciencia de muchas mujeres. Hacen consigo mismas lo que los hombres hacen con ellas. Supervisan, como los hombres, su propia feminidad." 
John Berger. Modos de ver. 1972


femenino
fotografías de Ricardo Wauters
femenino habla de la mujer, ese misterio...                                                                                         y por ende también habla del hombre y la sociedad en general. 
Cuál es el lugar que ocupa la mujer en el arte, los medios, etc, en la sociedad actual.
Este conjunto de fotografías ha ido con el tiempo construyendo una unidad que debía manifestarse en algún momento. Las más recientes, de este año, fueron convocando a las más antíguas, desde 1982, que desde otra estética, otra poética tal vez, a veces con humor, tocaban la misma cuerda con igual inquietud.
Femenino no se constituye en panfleto feminista, no declama, no dá respuestas, solo interroga, reflexiona, y ensaya, con eclecticismo, una particular mirada de la cuestión. 

Ricardo Wauters, mayo de 2011








La muestra se inaugura el viernes 3 de junio de 2011, a las 19:30 hs, en el NFCA, Talcahuano 342, 1º 14, CABA. 
Están todos invitados.
Permanecerá en exibición hasta el 24 de junio, de lunes a viernes de 14 a 21 hs.




viernes, 22 de abril de 2011

ILUMINACION DE OBJETOS EN ESTUDIO

Nos referiremos específicamente en este artículo a la llamada “table top” o fotografía de mesa, con objetos de tamaño relativamente pequeño.

Para comenzar a hablar de iluminación quisiera, antes que nada, hacer una diferenciación, a modo de declaración de principios, entre los términos alumbrar e iluminar.

Alumbrar es simplemente dirigir luz a un objeto, sujeto, o escena, para permitir registrar su imagen en algún soporte fotosensible.

Iluminar, en cambio, supone un proceso reflexivo para diseñar la forma en que haremos que las fuentes de luz empleadas incidan en el objeto en cuestión, respondiendo a una idea previa de cómo debe ser la imagen resultante.

Podemos empezar diciendo que siempre hay que encarar el diseño de la iluminación de acuerdo a las características morfológicas del objeto, su forma, textura, color, transparencia, opacidad, etc.

Por lo tanto será distinto el planteo si se ha de iluminar un objeto muy simple, por ejemplo una caja o envase de material opaco no brillante, de otro que sea de cristal o plástico transparente o translúcido, u otro que sea de metal brillante, o una mezcla de varios de ellos en una misma escena. Y observar a su vez tambien cómo se relacionan estos objetos entre sí, y con el fondo sobre el que estén colocados.

El tema es muy extenso y sería imposible describir las infinitas posibilidades, asi que nos centraremos en cuatro ejes básicos, que llamaremos:

a.- Objetos simples. Ejemplo: envase de cartón, madera sin lustrar o plástico opaco.

b.- Objetos transparentes o translúcidos. Ejemplo: vidrio, cristalería, acrilico, etc.

c.- Objetos de vidrio oscuros. Ejemplo: botella de vino tinto u otro contenido oscuro.

d.- Objetos metálicos brillantes. Ejemplo: joyería, platería, acero inoxidable, etc.


a. Objetos simples:

Este es al caso más sencillo de iluminar ya que no plantea grandes dificultades por brillos a controlar. Solo habrá que observar la forma y textura de su superficie para elegir la luz que mejor destaque esas cualidades, pero es casi lo mismo usar una caja difusora o un paraguas blanco ya que la fuente de luz no será reflejada por el objeto.

Hay una regla general que dice: a escenas complejas (muy ricas en formas y texturas), luces sencillas (luz plana, suave y difusa), esto siempre funciona, asi que con una caja difusora cenital y otra (o un paraguas) lateral para enfatizar volúmenes será suficiente para iluminar un objeto o grupo de objetos, solos o ambientados, una naturaleza muerta (still-life) por ejemplo. Agregaremos algún accesorio concentrador si necesitamos una luz más selectiva.

Controlar las sombras en el fondo y/o iluminar éste si fuese necesario para generar un degradé o algún otro efecto en particular.

Nunca está de más el empleo de pantallas blancas, plateadas o espejos para dirigir luz rebotada a algún sector donde necesitemos abrir las sombras.

b. Objetos transparentes o translúcidos:

Aquí la cosa empieza a complicarse ya que los objetos transparentes, translucidos, sin color o coloreados, deben iluminarse a contraluz o colocar alguna superficie reflectante a medida por detrás de los mismos para que la luz al pasar a su través revele su transparencia y color. Luego, con tapones opacos ir limitando, concentrando o dirigiendo la luz hasta encontrar el efecto que mejor realce las cualidades del objeto, si es liso, facetado o con detalles determinados. Conviene siempre que la luz llegue suave y envolvente para no producir brillos puntuales.

Si el objeto tuviera algún elemento como por ejemplo una etiqueta, está deberá iluminarse desde adelante con una fuente de luz adecuada, ya que el contraluz la dejará negra o muy oscura desde el punto de vista de la cámara.

El fondo ideal para este tipo de objetos es lo que se llama “mesa de producto” de acrílico blanco translúcido, para poder iluminar desde atrás, y si no disponemos de una, armar el fondo en dos planos, un horizontal, como base de apoyo y otro vertical más atrás que funcione como fondo, ambos de un material que permita el paso de la luz y al mismo tiempo la difunda. Según el punto de vista de la cámara puede bastar solo con el plano horizontal (si la cámara está colocada bastante picada, por ejemplo).

La exposición puede medirse de diversas formas: la más exacta y ortodoxa es, si disponemos de un Spotmeter o fotómetro con medición puntual, aplicando la técnica de zonas, medir en un sector determinado y colocar ese valor en la “zona” que elijamos. El resto de los valores se ordenará en relación a ese valor de referencia, cuidando que el brillo máximo en el fondo (blanco puro), caiga en zona X. Otra opción, menos “ortodoxa”, puede ser realizar una lectura con el fotómetro (con calota puesta en este caso) pegado a la fuente de luz de atrás en su punto más intenso (que será blanco en la imagen) y exponer a ese valor. Esta forma de evaluar la exposición, repito, es empírica, surge de la experiencia, por lo tanto es aconsejable verificarla con un preview, si estamos trabajando con cámara digital. Sinó también podemos medir luz reflejada desde cámara (si la cámara que estamos usando dispone de ese medio), haciendo la interpretación de ese valor de acuerdo al balance de luces y sombras de la escena, como siempre debe hacerse cuando medimos luz reflejada. Este caso solo es viable cuando trabajamos con luz contínua ya que los exposímetros de cámara no registran destello de flash.



c. Objetos de vidrio oscuros:

En el caso de botellas, o envases en general que contengan líquidos translúcidos pueden aplicarse las técnicas vistas en el punto anterior. En el caso de una botella de vino tinto por ejemplo, lleve al frente una etiqueta o no, debe considerarse como un cuerpo oscuro y brillante y debe iluminarse con una fuente de luz lateral, aproximadamente y según cada caso, a 45º, para resaltar el volúmen cilíndrico de la botella, esto se define también en la etiqueta, teniendo especial cuidado con las ilustraciones y/o tipografía que ésta contenga. La fuente de luz debe ser preferentemente una caja difusora que entregue una luz plana, difusa, de bordes definidos y tamaño generosamente mayor al de la botella, para que dibuje una franja de brillo bien recortada y que ésta abarque la máxima extensión posible en la botella. Normalmente debe usarse un relleno en el lado opuesto, que puede ser, otra caja de igual tamaño pero a menos potencia, o una pantalla reflectora blanca.

Las luces puntuales no iluminan practicamente este tipo de objetos, solo producen un reflejo puntual muy intenso en alguna parte curva del mismo. Para observar esto bastará con mirar una botella iluminada por el sol, veremos que el sol (fuente de luz puntual si las hay) produce un brillo deslumbrante en un punto, pero el resto del cuerpo de la botella es iluminado por la luz que refleja su entorno ya que podremos ver en ella la imagen espejada de todo,incluídos nosotros.

Volviendo a la toma en estudio, hay que observar detenidamente toda la superficie visible de la botella en busca de reflejos indeseados ocasionados por elementos que se encuentren en el set, como ser trípode, pantallas y hasta el mismo fotógrafo, asistente o cualquier otra persona o cosa, ya que la botella actúa, como ya se dijo, como un espejo parabólico que refleja todo lo que está a su alrededor. Habrá que minimizar esto enmascarando cuidadosamente con superficies blancas y negras todo que deseamos ocultar.

Es necesario, si el fondo es oscuro, de un valor similar al producto, colocar algún contraluz lateral, llamado luz de borde o de silueteado, para despegar de esta forma la botella del fondo y al mismo tiempo producir cierto espacio de transparencia en el vino, lo cual dará más vida a la imagen y aportará un dato más sobre el color del producto.

Cuando la botella se acompañe de una copa con vino, como generalmente se muestra, la iluminación se torna algo más compleja, aunque podemos aplicar los mismos elementos y cuidados.

Si la toma lleva ambientación con elementos en torno a la botella, con otros elementos que contextualicen al producto principal, generalmente es necesario incluír una fuente de luz cenital, para iluminar esos objetos desde arriba, ya que puede resultar insuficiente la luz lateral.

También puede ser necesario iluminar el fondo (separadamente, por lo cual es aconsejable armar la escena a suficiente distania delante del fondo), para generar algún efecto lumínico y/o cromático.

La fotometría es la aplicada normalmente en un retrato, en definitiva esto no es más que un retrato de una botella, procedemos como sabemos para determinar el contraste entre las luces puestas, y elfde cámara.

De más está decir que previo al disparo hay que cerciorarse que los “modelos” , botella, copa y otros elementos, estén perfectamente libres de polvillo, pelusas y marcas, que nos arruinarían la toma, después de tanto esfuerzo.



d. Objetos metálicos brillantes:

En el caso de metales, se aplican las mismas consideraciones del caso anterior, aunque en estos casos nos encontramos ante verdaderos espejos y, generalmente no planos, sinó de formas concavas y convexas, lo que hace mucho más complicado en control de luces, sombras y reflejos. Por lo tanto es necesario virtualmente envolver estos objetos con fuentes de luz de grandes superficies (cajas difusoras grandes), pantallas reflectantes y zonas ciegas (tapones negros).

Existen cajas de material traslúcido especialmente diseñadas, en las cuales se coloca el objeto, y permiten ser iluminadas externamente, de manera de rodear al mismo de luces suaves y envolventes.Es conveniente efectuar la lectura de la exposición midiendo luz incidente promedio desde el objeto, con la calota dirijida hacia cámara, y, de ser posible tomar un preview en polaroid o digital para ajustar detalles.




Todos estos objetos de distintas superficies y características que hemos analizado puntualmente como diferentes paradigmas, muchas veces podemos encontrarlos mezclados en una determinada escena, por ejemplo una naturaleza muerta (still-life), o lo que comunmente se llama “bodegón”.

Alli deberemos aplicar con criterio todas estas técnicas y definir previamente cual va a ser el camino para diseñar la iluminación, según cada caso en particular.

© Ricardo Wauters 2011





domingo, 17 de abril de 2011

FOTOGRAFIA PUBLICITARIA

La fotografía publicitaria y el fotoperiodismo son sin duda las especialidades de la fotografía profesional más difundidas durante el siglo XX y lo que va del XXI, debido a su fuerte aplicación en los medios masivos de comunicación.

La primera es también el recurso gráfico más utilizado en campañas publicitarias y propagandísticas tanto en los medios escritos, vía pública, puntos de venta e internet. Vivimos rodeados de imágenes fotográficas que nos sugieren o invitan a tomar determinadas actitudes, costumbres o comprar tal o cual producto o servicio.

La historia cuenta que allá por 1939, la fotografía (entonces no era éste el nombre que la definía), irrumpe en el mundo, lamentablemente de la mano de una aparente tergiversación de derechos (o sea que nace ya con una deuda ética), con la presentación en la Academia de ciencias de Paris, de la técnica del daguerrotipo, nombre derivado de Louis Jacques Mandé Daguerre, quien patentara el invento.

Vale hacer aquí una breve mención al Sr. Nicephore Niepce, inventor francés, quien fuera el primero en conseguir fijar una imagen, luego de más de diez años de investigación y pruebas, mediante un procedimiento que llamó heliografía.

La primera virtud destacable en el nuevo invento fue su carácter de verosimilitud con la realidad y, más adelante, hacia fines del siglo XIX, también comenzó a reconocerse su valor como medio de expresión artístico y comunicacional.

Es en la década de 1920 donde donde comienza a aplicarse la potencialidad de la fotografía a la publicidad y a la propaganda, que hasta ese momento utilizaba dibujos y grabados principalmente, como ilustraciones que acompañaba a los textos. Luego fue aumentando su protagonismo hasta convertirse en el soporte principal del mensaje y el texto pasó a ocupar el papel de anclaje o referencia, reconociendo definitivamente el poderoso carácter icónico y de alto impacto que indudablemente tiene la fotografía.

Mucho se ha dicho y teorizado desde entonces acerca del poder de significación de la fotografía y los mecanismos de percepción que la convierten actualmente en el principal vehículo para comunicar ideas y conceptos. Creadora de mitos en la sociedad moderna. Así se fue acuñando la inefable frase “una imagen dice más que mil palabras”.

Alguien ha dicho por ahí que “el posmodernismo es el reino de la imagen y el consumo” donde las grandes urbes se convierten en un mar de estímulos visuales que nos envuelven, en el que resulta muy dificil nadar contra la corriente y donde las personas se realizan como tales en la medida de su imagen ante los demás (subyace aquí un paradigma de falsa realidad bastante perverso).

Los fotógrafos que trabajan en este medio lo hacen bajo la presión de responder y satisfacer una doble exigencia: la de producir un trabajo de alto contenido técnico-estético, con valor en sí mismo y, debido a su estrecha vinculación con el consumo, también debe funcionar eficazmente como instrumento comunicador para promover la venta de un producto o servicio.

Pero muchas veces la publicidad, o la propaganda, propaga, valga la redundancia, a través de imágenes fotográficas, determinadas ideologías o mensajes dogmáticos, por lo cual, además de las consideraciones del párrafo anterior, el fotógrafo publicitario de nuestra época, como librepensador, tiene también que desenvolverse con una actitud crítica, ética y estética, como debería hacerlo cualquier otro comunicador, y no solo guiado por un interés mercantilista.

Resulta interesante ver como algunos fotógrafos, diseñadores y creativos publicitarios, dando cuenta del poderoso medio que manejan, ponen toda su sapiencia y conocimiento de los códigos de comunicación, al servicio de campañas publicitarias, partiendo de una concepción más humanista y proponiendo una reflexión acerca de problemas y conflictos a los que se enfrenta la sociedad actual.

Sin duda esto encierra el propósito de enlazar el mensaje comercial requerido por el cliente, con otro que lo trascienda y lo vincule al bien común.

Sería deseable que esta concepción de la profesión vaya ganando adeptos entre los diseñadores y fotógrafos publicitarios, para sumar sentido y responsabilidad social a nuestra tarea.

Sería tal vez una manera de saldar esa deuda con la que la fotografía vino al mundo.